viernes, 21 de septiembre de 2012

VUELVE TU ESPADA A SU LUGAR…


Entonces todos, teniendo ya mejor ánimo, comieron también.
                                                                  Hechos 27.36 (RV 1960)

En medio de las diversas situaciones que se atraviesan en la vida pasamos por momentos de gran dolor, preguntándonos siempre el por qué suceden las cosas. Nuestra humanidad nos lleva a cuestionar las situaciones que vivimos, pues a veces no comprendemos por qué Dios permite que pasen ciertas cosas; pero no debemos olvidar que la voluntad de Dios es agradable y perfecta, aunque nosotros no la podamos comprender, la voluntad de Dios es y será siempre perfecta.

En cada situación Dios busca glorificarse. Cuando mataron a Esteban, a pesar de lo doloroso, éste suceso tuvo su fruto para la gloria de Dios; y fue el crecimiento notorio que vivió la iglesia primitiva.

Cuando Jesús anunció su muerte, Pedro decía que eso no podía pasar; pues como humanos nos sentimos impotentes ante esas circunstancias y deseamos no vivirlas; a tal punto que en el momento en que llegan para llevar preso a Jesús, la reacción de Pedro fue proteger al Maestro, así, sacando su espada cortó la oreja del siervo del sumo sacerdote. Pero Jesús le dijo: “Vuelve tu espada a su lugar...  ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?” (San Mateo 26.52).

Si Jesús hubiera evitado su arresto o su muerte; hoy nosotros no tendríamos la promesa de la vida eterna; pues aunque esa era una situación muy difícil, también era para que Dios se glorificara, para que él mostrara su poder. La solución a nuestros problemas, la respuesta a esa pregunta del por qué suceden las cosas, está en Dios, no en nuestros medios. No debemos sentirnos impotentes ante la adversidad, con nosotros está Jesucristo y Él no permitirá que su amada iglesia quede avergonzada.

Tal vez, estés pasando por un momento en el que tu fé parece desmayar, seguramente no entiendes por qué vives ciertos momentos de dolor; pero recuerda que la voluntad de Dios es perfecta, este momento de dolor se convertirá en gozo y verás cómo Dios se glorificará y entonces allí entenderás por qué Dios lo permitió…..

Vuelve tu espada a su lugar….

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