Todo es por su gracia.

1Co 15:10  Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. 

El apóstol San Pablo en la primer carta que escribe a la Iglesia en Corinto en el  capítulo 15 en los primeros 22 versos, reflexiona diciendo que aunque él persiguió a la Iglesia del Señor, Dios en en su misericordia le permitió trabajar en su obra, obteniendo logros, que tal vez otros no habían alcanzado.

De ésta manera, nosotros debemos ver que lo que podamos hacer es por la gracia de Dios y no por nuestras propias fuerzas. Por ejemplo, el hecho de poder perseverar en el evangelio es porque Dios es bueno. La biblia hace mención en varias citas,como en el libro de Deuteronomio 5:15; que Dios le recuerda a Israel que Él fue quien lo sacó con mano poderosa de al tierra de Egipto.

No debemos por tanto jactarnos de los logros que alcanzamos, porque en realidad es Dios, no nosotros,quien provee todas las cosas. A través del tiempo es Dios quien nos sustenta y nos prospera. No es de quien quiere, ni de quien corre, sino de quien Dios tiene misericordia.


En realidad no merecemos nada, pensar en esto debe entonces producir en nosotros un sentimiento de humillación y de agradecimiento hacia Dios.