Hechos 12: 11
A veces hay creyentes los cuales creen que no tienen triunfos en su vida, ven todo con molestia, pues piensan que las dificultades que viven en cualquier ámbito no les debería pasar a ellos; muchas veces piensan que lo mejor es alejarse de Dios. Pero debemos entender que Dios nunca se comprometió con nosotros a que nunca tendríamos problemas, pero sí prometió ayudarnos siempre.
Las dificultades son para que el Señor Jesús se glorifique, pero cómo se va a glorificar Dios si en mi vida no hay problemas, o peor aún, si yo no lo dejo que Él actúe. Si Dios no hubiera dividido el mar rojo, hoy al leer las escrituras no seríamos reconfortados.
En medio de las adversidades debemos aprender a creerle a Dios, el apóstol Pedro aún estando en la cárcel le seguía creyendo pues sabía que su vida estaba en las manos de Jesús.
Si vemos la transcendencia de nuestros problemas, nos daremos cuenta que ellos son insignificantes ante la grandeza y el poder de nuestro Dios; ya que Él, en su infinito amor moverá lo que tenga que mover sólo por ayudarnos.
En el horno de fuego, Dios cubrió con fuego más fuerte que el fuego de este mundo a los tres varones. Dios hará lo que tenga que hacer por bendecir a sus hijos; la clave está en creerle.
Dios no nos pone una carga que no podamos llevar, por el contrario el evangelio es para que Cristo lleve nuestras cargas.
Con Dios siempre habrá una puerta de escape....
Muy buena reflexión...... Dios los Bendiga
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